No hace mucho leí un artículo que me dejó fascinado. La historia de un chaval con 15 años que había puesto en marcha una aplicación de pago para móviles y había alcanzado el segundo puesto de las denominadas “apps” más descargadas en el Apple Store.
Lo gracioso del asunto es que este chico no era el único. Había otro joven emprendedor, de la misma edad, que iba por el mismo camino.
Cosas como esta te hacen platearte ¿cuál es la edad ideal para emprender?
Bicheando algo más por Internet, encontré artículos, blogs y un sinfín de información relacionada con el tema. Planteamientos en los que se presenta la juventud como el momento ideal para emprender, al terminar la universidad, sin ataduras familiares y con todas las energías del mundo; frente a la experiencia, la sabiduría y la paciencia que ofrece la madurez. Ejemplos de empresarios que alcanzaron el éxito una vez superados los 45, frente a Mark Zuckerberg, paradigma de la juventud emprendedora.
¿El resultado final de la mayoría de post y artículos que leí? Te lo puedes imaginar. No existe una edad para emprender, cualquier momento puede ser tu momento.
Aunque bien pensado, no deja de ser verdad que cada edad tiene sus ventajas. Si bien es cierto que la experiencia es un grado, y la madurez y el bagaje profesional ayudan a la hora de levantar un proyecto empresarial o personal, por su parte las responsabilidades familiares que se van adoptando con el paso del tiempo pueden ser determinantes a la hora de poner una idea en marcha, frenando cualquier tipo de aventura o iniciativa.
La juventud por su parte, aporta libertad y arrojo, frescura y una visión actualizada del mundo que nos rodea. En su contra, una menor experiencia y la inocencia a la hora de desenvolverse en determinados asuntos.
¿Generalizo? Muy seguramente.
¿La realidad? Que ciertamente el emprendimiento no tiene edad, tiene ganas, ideas e ilusión. Que allá donde miremos encontraremos ejemplos de todo tipo, y que si Mark Zuckerberg pudo hacerlo.., ¿por qué tu no? ;)