Que las redes sociales invaden nuestro día a día no es nada nuevo. El que más y el que menos tiene abierta una cuenta en Facebook, o en Twitter, o en Tuenti, o en Linkedin, o en todas a la vez. Las utilizamos para contar a nuestros contactos (o al mundo si hace falta) lo que hacemos, lo que nos gusta, dónde estamos o que escuchamos.
Al igual que cualquier otro sector de la sociedad o de la economía, las redes sociales se han especializado. Sea cual sea tu afición u ocupación, encontrarás una plataforma que te vendrá como anillo al dedo: fotografía, cine, moda, diseño o búsqueda de trabajo… todo lo que necesites al alcance de tu ratón.
En el caso que nos ocupa esta semana, nos ha llamado la atención la estrecha relación existente entre la música y las redes sociales, y no nos referimos al uso que puedan hacer los artistas de éstas como medio de difusión de sus obras, sino de redes sociales especializadas en la distribución de la misma.
Desde la conocida Spotify, donde es posible reproducir tu música favorita creando una lista de reproducción personal y compartirla con más usuarios, hasta MySpace, utilizada por muchos artistas y grupos, consagrados o noveles, como tarjeta de presentación, pasando por otras tan variopintas como RedKaraoke, para que cantes, graves y cuelgues tu interpretación más personal de un gran número de canciones, sin olvidar la veterana Goear, la popular Grooveshark o la recién llegada Gatunes (producto patrio, todo sea dicho).
Un caso curioso es el de Jamendo, una comunidad que tiene como premisa la música libre, en la que los artistas suben su música gratuitamente y el público puede descargarla de igual manera.
Ya veis que la lista es extensa, y muchas más que nos dejamos en el tintero, como Last Fm, Big Live, Rockola.fm, nvivo, etc. Música para todos al alcance de todos.
Viendo tan basta variedad, no cabe duda que todas estas redes sociales han cambiado nuestra forma de consumir música y compartirla, y de alguna manera han devuelto a los músicos el control sobre sus obras.
Es nuestra obligación, como buenos usuarios de cualquier tipo de plataforma de distribución digital, disfrutarla y hacer un buen uso de ella.
Y tú, ¿cómo escuchas música?