Un día decidí que hasta de las malas experiencias hay que sacar el lado positivo (sino sabes de qué hablo, haz clic para leer la primera parte), así que de aquella asociación que no salió muy bien, también aprendí muchas cosas. Y, una vez más, al final acabé también metiendo a mi hermana, jeje, y a día de hoy seguimos con nuestra parte artesana para dar cabida a toda nuestra creatividad.
Fuente: Pinterest.
Pero no creáis que las asociaciones entre amigos siempre salen mal. Ya que como buena hiperactiva-emprendedora que soy, allá por el año 2009 decidí iniciar un blog sobre el mundo marino con mi mejor amiga (ya que desde que nos conocimos en la universidad supimos que siempre haríamos algo vinculado con ese medio) y si bien hay asociaciones que pueden salir mal, hay otras que pueden salir bien. De estas relaciones casi profesionales (y digo casi porque el blog es como un trabajo por la cantidad de horas que le echamos, pero casi porque lo hacemos porque nos gusta) son de las que más hay que aprender: colaboración, ayuda, compañerismo, trabajo en equipo…todas aquellas palabras que cuando te sumerges en el mundo laboral mucha gente olvida (por desgracia a más de uno).
Fuente: Pinterest.
Empecé a trabajar de técnico de medio ambiente para una consultora familiar, al principio era la única chica (así que cada mes me autodenominaba empleada del mes, arriba la autoconfianza!!), de aquí no voy a descubrir nada nuevo. Poco después la empresa fue comprada por otra más grande, por lo que ya el título de empleada del mes, tuve que ganármelo mes a mes (jejeje). El cambio tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas…
«Los cambios siempre dan miedo, pero que eso no te impida hacerlo»