La semana pasada os comentábamos aquí la importancia de disponer de zonas verdes en nuestras ciudades.
Hoy queremos traeros un ejemplo concreto de cómo una zona urbana en desuso puede convertirse en un lugar de esparcimiento e incluso un atractivo turístico, así como una muestra de la arquitectura moderna.
Hablamos del High Line, en la increíble ciudad de Nueva York.
Fuente: www.thehighline.org
Es el fruto de la recuperación de una estructura elevada construida en 1930 para el tránsito de trenes y que fue utilizada hasta 1980. Su «transformación» ha regalado a los neoyorkinos, y a todos los visitantes, un paseo único por varios barrios de la zona oeste de Manhattan y unas vistas privilegiadas de la ciudad.
Más de 2 kilómetros de paseo llenos de bancos, miradores y zonas ajardinadas, donde hacer pilates, realizar visitas guiadas o recibir clases de astronomía, entre otras muchas actividades.
Una excelente idea con la que ofrecer a los vecinos de una de las ciudades más estresantes que puedas visitar, un lugar para desconectar y dedicar unos minutos a respirar.
Fuente: www.thehighline.org
Ya sabéis, una parada obligada si tenéis la posibilidad de visitar esa magnífica ciudad.