Es muy posible que el verano de 2012 sea recordado como uno de los más negros desde el punto de vista forestal, debido a la gran cantidad de incendios que ha sufrido la geografía española en los meses estivales. A diario hemos ido recibiendo noticias acerca de focos que aparecían y se extendían, devorando hectáreas de bosques, matorral y espacios naturales protegidos de alto valor ecológico.
Ya en su momento hablamos de las medidas de prevención llevadas a cabo por las administraciones en esta materia (aquí), pero hoy queremos centrarnos en los efectos negativos de estos siniestros.
Las consecuencias de los incendios no se limitan a la pérdida de masa forestal, sino que van mucho más allá, produciendo pérdidas ambientales, económicas y afectando a nuestra propia calidad de vida.
Desde el punto de vista económico, no cabe duda que la destrucción de un ecosistema, un hábitat o una superficie arbolada puede suponer también la pérdida del atractivo turístico de una región, una comarca o un pueblo, cuyo sustento se base en la riqueza natural de su entorno y su explotación turística, tal y como ha sucedido con muchas poblaciones situadas a los pies de diferentes parques naturales.
A esto se debe sumar los servicios y productos que los bosques ofrecen a nuestra economía, como la obtención de corcho o leña, o de caza y pesca, sin olvidar las pérdidas que provocaría la quema de pastos, zonas de cultivo, infraestructuras agrarias, casas y otros bienes.
Además de la gran variedad de servicios económicos que ofrecen los bosques, no debemos olvidar la importancia ecológica de los mismos, que aunque pueda resultar evidente, no viene de más recordar. Desde la fotosíntesis y captación del dióxido de carbono, con la consiguiente depuración del aire, hasta la captación de humedad y la generación de lluvia, pasando por ser el hogar y fuente de alimento de infinidad de especies, los bosques son además un lugar de esparcimiento que mejora la calidad de vida de la población de alrededor.
Por desgracia, los incendios forestales se han convertido en noticia más días de los deseados este verano, y como hemos podido comprobar, las consecuencias de los mismos van mucho más allá de la pérdida de los árboles.
Desde el blog de IGNUS queremos invitaros a ser especialmente cuidadosos cuando vayáis a disfrutar de un día de campo, y a tomar todas las precauciones posibles para evitar que el fuego se convierta una vez más en protagonista.