Ayer jueves, 12 de julio, tuvimos la oportunidad de asistir a una jornada de formación centrada en el coaching, una herramienta con un importante trasfondo psicológico, orientada a los recursos humanos de una empresa u organización, y que tiene como objetivo lograr una mayor eficacia en los resultados.
He de admitir que sentía curiosidad por conocer en qué consistía exactamente eso del coaching. Había oído hablar de él, poco, pero algo había oído, y desconocía su importancia y aplicación empresarial. Como os habrá pasado a vosotros, me sonaba a entrenador, pero ya sabéis que la ignorancia es muy osada, y preferí esperar a conocer de qué se trataba antes de hacer ningún tipo de juicio de valor.
El resultado fue ciertamente satisfactorio (hablo a nivel personal), y creo que es una buena terapia (porque a fin de cuentas no deja de ser una terapia) para todo aquel que comienza la aventura emprendedora.
Aunque inicialmente el coaching se enfocó a altos ejecutivos y personas con puestos de responsabilidad, su área de influencia ha aumentado poniéndose en práctica sobre cualquier trabajador o equipo de trabajo, permitiendo que éste de lo mejor de sí mismo a través de la motivación, la autoconfianza o la reducción de las situaciones de estrés.
Objetivos, metas, fortalezas y debilidades fueron algunas de las palabras que aparecieron a lo largo de la jornada, siempre desde un enfoque adecuado al emprendimiento.
Así mismo, ejercicios de visualización o términos como «anclaje» formaron parte de las poco más de tres horas que duró la sesión, y que nos dio la oportunidad a los asistentes de trabajar técnicas que bien podrían aplicarse a la vida diaria.
En definitiva, una buena experiencia a tener en cuenta para nuestro futuro empresarial.
Y vosotros, ¿habíais oído hablar del coaching?